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¿Vives o sobrevives?

¿Vives o sobrevives?
21 abril, 2022 Rodrigo

Hay dos formas de estar y de ser. Vives, creces, te desarrollas y avanzas. O sobrevives, te estancas y agotas. Dos formas de vida que pueden estar dándose en cualquier área de tu vida, y producirte enfado y tristeza. ¿Vives o sobrevives?

No siempre es fácil verlo, porque muchas veces compensamos el trabajo insatisfactorio con una relación de pareja estupenda, o viceversa. O también podemos ser muy felices con nuestros amigos, pero estar hartos de los compañeros de trabajo. Inevitablemente, tarde o temprano la pesadez de vivir en estado de supervivencia, acaba contaminando lo que va bien en nuestra vida.

Te explico en este vídeo, cómo puedes averiguarlo. Presta atención a las emociones de las que te hablo, y aplica esta observación a las distintas facetas de tu vida. Relación sentimental, familiar, con tus amigos. A tu trabajo, tu ocio, etc.

Recuerda que los problemas que no resuelves, siempre acaban afectando más y más. Duermes mal, te cansas, tus músculos se contracturan, empiezan los dolores crónicos, digestiones pesadas, y todo eso que nos pasa cuando no somos felices. Así que: ¿Vives o sobrevives?

Cuanto antes atiendas a cómo te sientes, y hagas algo que cambie la situación, mejor será para ti y para todos los que te rodean.

Solucionar lo que no va bien, o directamente, cambiar o que te impide crecer como profesional, como pareja o como persona, bien vale cualquier esfuerzo. Y la recompensa no tiene precio.

Vives en estado de desarrollo cuando:

  • Sientes confianza en la vida, en los demás y en ti.
  • Sientes serenidad ante los acontecimientos difíciles que vives.
  • Ves oportunidades que puedes aprovechar para crecer.
  • Tienes un propósito (laboral, social, sentimental…), que te hace sentir ilusión.
  • Sientes que perteneces a tu comunidad, tu familia, tu red social, tu equipo de trabajo.

Y entonces, ves las cosas así:

  • Te fijas en los detalles sobre los que puedes actuar.
  • La solución a tus problemas está escondida y tienes ganas de encontrarla.
  • Sientes curisidad por descubrir lo que no ves fácilmente.
  • Te cuestionas lo que ocurre a tu alrededor.
  • Buscas respuestas profundas, sin aceptar lo primero que te cuentan.
  • Tienes ilusión, motivación y ánimo para hacer cambios.

Sobrevives cuando:

  • Te sientes desatendido y dejado de lado.
  • Te sientes estancado, bloqueado y paralizado.
  • Te sientes desconectado de algunas o todas las personas importantes que forman parte de algún aspecto de tu vida.
  • Te sientes sobrepasado, como que no puedes con todo lo que tienes encima.
  • Te sientes incapaz de solucionar algo, de hacer cambios que te saquen de la rutina que vives.

Y veas las cosas así:

  • Sientes una presión psicológica tremenda que te aplasta.
  • Haces pronósticos desalentadores y un pelín catastróficos, acerca de lo que puede pasar si tratas de cambiar algo.
  • Tus pensamientos negativos son destructivos, volviendo una y otra vez.
  • Ves la realidad filtrada por esos pensamientos y emociones, así que es una realidad distorisonada de alguna u otra manera.
  • Aceptas las razones que te dan los demás, conformándote con lo que te digan.
  • Estás en constante sensación de peligro, en alerta continua, sabiendo que en algún momento, algo estallará delante de ti.
  • No pides ni aceptas ayuda, porque no crees que nada pueda hacerse para mejorar tu situación.
  • Te agotas cada día un poco más, perdiendo la esperanza de que todo mejore, estresándote y soportando lo que hay.

Ver y aceptar que tienes un problema, es el primer paso para resolverlo. ¡Y es un gran avance! Cuando un problema asoma las orejas, puedes empezar a hacer algo para transformar lo que te hace sobrevivir en lugar de vivir. ¿Vives o sobrevives?

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