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Cómo dejar de sentirte frustrado

Cómo dejar de sentirte frustrado
21 noviembre, 2018 Rodrigo
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La frustración es una emoción desagradable, asociada a no conseguir lo que deseamos. Nos puede llevar a experimentar tristeza, aburrimiento, inquietud o culpa. Si no se hace nada para cambiar, nos puede arrastrar a un estado de abatimiento y depresión. Hay estrategias para dejar de sentirte frustrado/a.

Lo peor de sentirte frustrado/a es que las emociones y los pensamientos destructivos, se suceden como en una bola de nieve. Dando como resultado, una tensión emocional que acabamos repartiendo entre las personas que tenemos cerca.

Efectos de sentirse frustrado

Es muy fácil que castiguemos a otros o nos castiguemos a nosotros, para liberar parte de esa tensión que genera la frustración. Entonces, nos podemos sentir culpables, añadiendo más sufrimiento a nuestra vida.

También podemos llegar a obsesionarnos con conseguir algo, de una forma poco inteligente. Perseguir nuestros sueños es estupendo, pero obsesionarnos con ellos, no tanto.

Otro efecto es el de aislarnos de los demás. Recluirnos y alimentar emociones como la desesperanza, desilusión, rencor, amargura o impotencia. Esto nos hundirá más en un estado destructivo.

Puede convertirse en una prisión, que nos impida disfrutar de la vida y de los demás. La frustración, nos priva de la sensación de libertad que necesitamos para sentirnos capaces de vivir como deseamos.

Cómo superar la frustración

1. Haz algo que te distraiga

El ser humano está hecho para ser libre, es dinámico, creativo y activo por naturaleza. Toda forma de estancamiento, bloqueo y parálisis, nos hace sufrir en mayor o menor grado.

Salir del estado de frustración es más fácil cuando haces algo que te active y que disfrutes.

Los expertos recomiendan incorporar a la jornada, un rato de actividad  que distraiga la atención, como puede ser:

  • Haciendo deporte.
  • Paseando.
  • Visitando museos.
  • Tomando algo con amigos.
  • Jugando con el perro.
  • Practicando alguna afición.

¿Te vas a pasar el día de fiesta? No, se trata de darte un respiro y colocarte en una situación mental más apropiada para hacerte cargo de tus emociones.

Distraer tu mente de lo que motiva la frustración, te permite equilibrar tus niveles hormonales. Tu cuerpo cambia con el suministro de cortisona, serotonina, dopamina y otras substancias que lo relajan y preparan para el disfrute.

El cuerpo y la mente se transforman, haciendo más fácil la toma de decisiones que te lleven a encontrar la forma de dejar de sentirte frustrado.

Según Enrique Rojas, en el aburrimiento puedes encontrar el impulso que necesitas para movilizarte. Aunque sea por no soportar más el tedio y la desgana.

2. Ajusta tu nivel de tolerancia

Analiza si la frustración se debe a un motivo externo a ti como un atasco de tráfico, la situación económica nacional, la actitud de alguien.

O la origina un factor interno, como tu comportamiento, tu forma de pensar, tu estado emocional.

Acepta lo que no puedes cambiar. Tu capacidad de acción llega hasta un límite y más allá, no tienes poder. Si haces lo que consideras correcto, hasta donde puedes, valora eso y no pongas tu atención en aquello que no tienes manera de cambiar.

Si por el contrario, te sientes frustrado/a por algo tuyo, puedes cambiar muchas cosas. Podrá costarte más o menos, pero tienes mucha posibilidad de transformar lo que genera tu frustración.

3. Valora lo que has logrado ya

Ten presente aquellas cosas que has conseguido en tu vida. Puedes hacer una lista de todo lo que hiciste antes. Es muy fácil perder de vista nuestras hazañas y logros. Sin embargo, tenerlas a mano nos sube el ánimo y hace ver las cosas de forma menos pesimista.

¿Hay escrito en algún sitio que tengas que vivir en la frustración continuamente?

Por supuesto que puedes negarte a aceptar la frustración como tu estado normal.

4. Revisa tus expectativas

Pon tu atención en el proceso más que en el resultado. Nos educan para mirar sólo el resultado, de forma que si no conseguimos lo que esperamos u otros esperan de nosotros, nos sentimos unos fracasados e incapaces.

En realidad, el proceso, el camino, el tiempo que invertimos en trabajar por lo que deseamos, es la fuente de nuestra satisfacción personal. Por supuesto que el resultado nos hace felices. Pero ¿te has dado cuenta de que cuando consigues algo, después quieres otra cosa?

Si pones tu atención en el proceso, disfrutas más y tus expectativas respecto a lo que conseguirás, no tendrán tanto peso.

5. Exígete lo que es justo

Procura tener cuidado con lo que te exiges y con lo que exiges a otros. El afán de perfeccionismo puede llevarte directamente a sentirte frustrado/a.  Esfuérzate por pedirte y pedir lo que es justo, sin pasarte ni quedarte corto/a.

6. Alimenta una Actitud Mental Positiva

Lo que te dices sobre ti y sobre los demás, va a condicionar tu forma de actuar contigo y con otras personas. Una actitud mental creativa, puede sacarte de cualquier problema.

Por el contrario, una actitud mental destructiva, te hundirá más en la amargura.

La frustración va a hacerte pensar cosas desagradables sobre ti y sobre el mundo. Enlazarás un pensamiento negativo con otro, en una cadena infinita. Tus pensamientos te hacen sentir triste, enfadado/a, incapaz, impotente, desanimado/a, desilusionado/a…

Tu cuerpo está tenso y preparado para atacar, o agotado como para desaparecer en el rincón más oscuro.

Tú no eres tu estado emocional ni físico. Eres mucho más y tienes muchas capacidades que la frustración no te deja ver.

Para crear una actitud mental más creativa, busca un recuerdo de felicidad. Piensa en un momento en el que fueras feliz. Escucha música que eleve tu estado anímico. Ve una película que te inspire o te haga reír.

Mantén ese pensamiento hasta que tu cuerpo cambie. Notarás que tus músculos se relajan y sientes ganas de hacer cosas. Alimenta ese pensamiento y las emociones agradables asociadas a él, todo el tiempo que desees.

Tenlo como un salvavidas en los momentos en los que la frustración aparezca.

Con el tiempo, serás más optimista y tus pensamientos serán más creativos. Así, te darás el apoyo que necesitas.

7. Busca qué emociones están bajo la frustración

Cuando te sientes así, es por algo concreto que no funciona como tú deseas. Es posible que pienses que es por tu situación en el trabajo, pero puede haber motivos ocultos de los que no te apetece ocuparte.

¿Qué es lo que realmente te frustra? Todas las estrategias anteriores no sirven de nada, si no actúas de forma coherente con la emoción que se esconde bajo la frustración.

Si evitas un conflicto, deberás encontrar la forma de ser valiente.

Cuando tu pareja no es lo que esperabas, deberás hablar con ella de lo que te ocurre o dejarla.

Quizás tu relación con tu familia te entristece, deberás hacer algo para solucionarlo.

Si no te estás haciendo cargo de emociones que te has ocultado, es el momento de ocuparte de ellas.

Si hay alguna emoción bloqueada, de la que no te estás haciendo cargo, lo normal es que sientas frustración.

¿Por qué no hacerlo ahora que te late el corazón? Un día dejará de hacerlo y no podrás actuar.

4 Comentarios

  1. Ingris rangel 3 años hace

    Hola soy ingris un mujer de 34 años tengo 3 niños me case muy joven y siento que no he echo nafa por mi e intento salir economicamente pero no se me dan las cosas y en la parte senrimental ni se difa me siento terriblee que puedo hacer grasias

  2. Autor
    Rodrigo 3 años hace

    Hola Ingris. Muchas gracias por comentar tu situación.

    Entiendo perfectamente cómo puedes sentirte, y lo aplastante que resulta esa sensación de no haber hecho nada.
    Lo bueno es que en la frustración, se puede encontrar un gran impulso para cambiar lo que nos impide ser felices. Es como estar sumergida en el agua, llegar al fondo e impulsarte de nuevo a la superficie.

    Parece que tienes motivos para sentirte abatida e imagino que bastante agotada. Y seguramente pocas cosas que te hagan sentir realmente feliz y satisfecha.

    Te recomendaría ir poco a poco.
    1- Empieza por ver lo que sí has hecho. Como darle la oportunidad de vivir a tres personas, educarlas de la mejor manera que has creído, apostar por una pareja en la que en su momento creíste, ser fiel a tus sentimientos y guiarte por ellos, etcétera. Dedica tiempo todos los días a pensar en este tipo de cosas, y sentir alegría por haberlas logrado hacer.
    2- Sin dejar de cumplir con tus responsabilidades, exige sin ser agresiva, momentos para tí misma. Para descansar, leer, pasear, estar en silencio, hacer algo que te guste, estudiar, o lo que sea que te haga sentir que aprovechas tu tiempo.
    3- Si sientes que tu familia (hijos, pareja o demás familiares) abusan de ti, de tu tiempo y tus habilidades, permítete sentirte enfadada. Desde el enfado pero sin violencia, defiende tu tiempo y tu espacio. No eres una esclava al servicio de nadie. Recuérdalo.
    4- Ten claro qué quieres hacer en la vida. Qué quieres lograr para tí. Además de ser madre y pareja, qué deseas para tí.
    5- Cuando lo tengas claro, decide qué pasos dar que te lleven a conseguirlo.

    Es una tarea que puedes conseguir. Hace falta paciencia, tiempo, confianza y apoyo. Te animo a que uses tu frustración para impulsarte y salir de esa situación. Sentirte frustrada es incómodo y desagradable, pero es útil para transformar algo que ya no funciona.

    Mucho ánimo y ve contándome cómo vas.

    Un abrazo grande.

  3. Maria 1 año hace

    Hola tengo 21 años, durante mis 17 años de vida me dedique a tratar de ser la mejor en la escuela, y todo iba de maravilla. A esa edad me ví con la necesidad de irme al extranjero ayudar a una hermana quien necesitaba ayuda, el problema fue que esa decisión cambio completo mis objetivos. Al llegar con ella me atrasaron dos años de estudio por el inglés, de pronto el proceso fue demasiado, trabajos por más de 8horas en la noche y durante el día seguir estudiando, era mantener las notas altas y luchar con el idioma a la misma vez, pero mi impulso fue en terminar la escuela pero con la esperanza de hablar con perfección el idioma. Durante el segundo año de escuela comienza la pandemia, suspenden todo, me gradué sin tener ceremonia y sin hablar el idioma. Intenté entrar a la universidad pero no me dieron la beca. Debo admitir que mis expectativas no fueron a cómo creí, pero el resultado fue un golpe grande, además por el choque cultural. En mi relación familiar no es la mejor que digamos ambas pasamos una situación difícil emocionalmente, y algunas veces llegaba a recibir insultos desagradables acerca de mi trabajo expuesto a los demás. Nada era suficiente. Han pasado dos años exactamente después de eso y hasta el momento me he lamentado de la decisión que tome en irme al extranjero Más aún ahora porque pienso en el futuro y no veo ningún progreso. caigo en el error de caer en la comparación con mi familia y de solo ver qué todos avanzan excepto yo, realmente me ha hecho entrar en una frustración grande que debo luchar todos los días.
    Más aparte molestarme por el hecho de no poder decir no, cuando no quiero o cuando tengo ya demasiadas cosas por hacer. Saber que mi tiempo se ha convertido en las necesidades de los demás, y no en mi prioridad, sentirme que todos usan a su beneficio pero que no valoran y que al final siempre termino en mal por no seguir las misma ideas, chistes de los demás o mi de mi familia. Realmente es verdad que eso se vuelve una prisión mental y más aún por la impotencia en que sabes que uno debe continuar ahí porque no tener los recursos necesarios para poder apartarse.
    Esto me ha generado a sentir culpabilidad, arrepentimiento, sentirme tonta e inseguridad, olvidar rápido las cosas y tener dificultad para prestar atención.
    Alguna sugerencia que deba seguir?

  4. Autor
    Rodrigo 8 meses hace

    ¡Hola María! Disculpa el retraso en mi respuesta.

    Entiendo perfectamente que la presión a la que te ves sometida, junto a la situación personal nada agradable, tiene que pesarte muchísimo. Tener además la dificultad de poner límites a las demandas o exigencias de los demás, hará que te cargues aún más.
    Y que el sentimiento de culpa, se empiece a adueñar de tus pensamientos. es muy comprensible.
    Imagino que puedes sentirte atrapada en una situación de la que te cuesta salir. Cosa realmente frustrante y agotadora.

    Al mismo tiempo que sientes todo eso, que es muy normal sentir y que no tienes por qué rechazar ni ocultar, porque son emociones perfectamente normales en la situación que vives, puedes sentir también mucho orgullo y satisfacción por haber elegido acompañar a tu hermana, y por haberte esforzado tanto. Son razones maravillosas, que te convierten en una hermana estupenda, sensible y bondadosa. A la vez que en una persona sacrificada y decidida. No pierdas de vista esas cosas, que pueden hacerte sentir muy bien contigo misma. Dales el valor que tienen, que es mucho en verdad.

    Recuerda que no tienes la obligación de ser perfecta en todo y siempre. Recuerda que puedes darte el permiso de fallar y equivocarte. ¡Tienes derecho a ello! Ten presente también que tu responsabilidad llega hasta donde tú elijas, y que los demás tienen sus propias responsabilidades. En muchas ocasiones, nos cargamos con obligaciones que no son nuestras, y sacamos con ello un beneficio. Por ejemplo, ser queridos o ser necesarios para las personas que queremos. Igualmente, esas personas pueden beneficiarse aprovechándose de nuestra buena voluntad y nuestra dificultad para decir que no, y de poner límites. En ocasiones no se dan cuenta de hasta qué punto se están aprovechando, no es que sean malas (aunque a veces sí pueden saberlo).

    Empieza por conectar contigo misma, con las emociones de orgullo por tu capacidad de trabajo, de sacrificio y de amor a tu hermana. Puedes sentirte orgullosa de ti misma por ser así.
    Dedica tiempo a esa emoción, pues te hará sentir más fuerte y poderosa. Y desde ese poder, te costará menos marcar tus fronteras y evitar que los demás las traspasen.
    Decir que no accedes a hacer algo que te piden, cuesta las primeras veces, sobre todo porque pensamos que si no hacemos lo que se espera de nosotros, los demás se enfadarán o nos tratarán mal o dejarán de querernos. Eso que pensamos, no suele ser nunca real. Pero para descubrirlo, debemos empezar a negarnos a cumplir los deseos de otras personas, por muy cercanas que sean, si cumplirlos nos hace tremendamente infelices o supone renunciar a nuestros sueños y a nuestra vida. Empieza poco a poco, a dejar las cosas claras, sin ser agresiva pero sí con determinación. Date tu tiempo, porque no sale a la primera y no es cuestión de un par de días. Cambiar esas cosas, lleva su tiempo. ¡Dátelo! Trátate a ti como tratarías a tu hermana. Compórtate contigo como con tu hermana.

    Y María, si insisten continuamente, recuerda que un buen enfado sin violencia, es muy saludable. También tienes derecho a enfadarte con la persona adecuada en el momento adecuado. Levanta la voz cuando te hartes, habla con contundencia sin insultar ni dar golpes.

    Espero que te sirva un poco de ayuda esto. De cualquier manera, si ves que no puedes con ello. Pide ayuda los servicios de orientación del lugar donde vivas, al psicólogo/a del centro donde trabajes. Si no hay o no tienes acceso a ellos, habla de cómo te sientes con las personas cercanas. De la presión, tristeza y frustración que sientes. Comunicar tus emociones, será de gran ayuda para que los demás entiendan tu situación.

    Cuéntame cómo va todo.

    Un abrazo grande.

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