Saber qué es y cómo superar el miedo, nos ayuda a saber cómo ser valientes. Es una emoción estupenda para salvarnos la vida. Sólo necesitamos crear los recursos necesarios para enfrentarlo.
No hubiéramos llegado hasta aquí, de no ser porque nuestros antepasados decidieron huir ante el peligro y salvarse. Es una emoción realmente útil.
Gracias al miedo podemos hacer algo para protegernos o defendernos de una amenaza. La valentía por otro lado, no es lo contrario al miedo, sino una respuesta ante él.
¿Qué es el miedo?
Es aquello que pasa en nuestro cuerpo, y que nos informa de que debemos ser precavidos, salir corriendo en la dirección opuesta al peligro. Tratar de pasar inadvertidos para que no se note nuestra presencia, o luchar contra el enemigo.
Si no sintiéramos miedo, no sabríamos qué hacer cuando estamos en peligro.
El miedo es la emoción que más nos salva de ser heridos física o emocionalmente. Clic para tuitear
Cuando tenemos miedo lo tenemos por algo. No es una emoción que aparezca para fastidiarnos el día. Cumple una función muy concreta que debemos explorar y conocer.
Existe para protegernos de algo que hemos considerado peligroso, consciente o inconscientemente.
Cada emoción tiene una razón de ser. Este artículo habla de esa inteligencia emocional.
¿Cuál es el peligro?
Una amenaza ha surgido ante nosotros. Gracias a esta emoción, sabemos que debemos hacer algo concreto para seguir con nuestra vida.
Es necesario conocer bien el peligro, para saber cómo superar el miedo.
Puede ser el comentario de un amigo, el ceño fruncido del jefe, el silencio de nuestra pareja a una pregunta nuestra, las noticias sobre economía, un suspenso en un examen, etcétera.
La amenaza podemos verla en cualquier parte. Es inteligente tener miedo de una nota baja, porque nos permite hacer algo consecuente para evitar la repetición de curso, como estudiar, por ejemplo.
Ante un peligro, el miedo puede paralizarnos o movilizarnos. Depende de la naturaleza del miedo, y de cómo hemos aprendido a gestionarlo. Lo que ayuda a cómo superar el miedo.
El miedo sirve para protegernos, sin él nos meteríamos en muchos líos. Clic para tuitear
¿Qué pasa cuando no le hacemos caso?
Hasta aquí todo perfecto. Podemos sentirnos orgullosos de tener miedo, cuando vemos o creemos que algo o alguien nos amenaza. ¿Pero qué ocurre cuando el miedo no es tan útil y la huida se convierte en nuestra forma de vida?
¿Cuándo evitamos un conflicto por miedo?
¿Qué pasa cuando no hacemos caso de nuestro miedo al silencio de nuestra pareja?
¿O cuando en lugar de reconocer que tenemos miedo, nos decimos que estamos enfadados o tristes?
Pues lo que ocurre, es que perdemos la oportunidad de reaccionar de la mejor forma posible. El miedo nos va a llevar a hacer algo distinto a lo que la rabia o la tristeza nos piden que hagamos.
Así, empezamos a tener conductas o actitudes que no nos ayudan en nada a nuestro bienestar y a ser felices.
Al negar el miedo, perdemos la oportunidad de hacernos cargo de nosotros mismos, de una forma eficaz y constructiva. Nos quedamos sin la posibilidad de hacer lo más adecuado, sin saber cómo superar el miedo. Justo eso que libera la tensión emocional del miedo, resolviendo el peligro que ha surgido.
Existen peligros reales y peligros imaginarios
Es muy importante identificar si es un miedo real o imaginario. Si es imaginaria debemos analizar su origen, porque puede ser un miedo del pasado, no gestionado en su momento y que siga activo en el presente.
Puede hacernos ver amenazas donde no las hay. En este caso, estaríamos viviendo una vida muy limitada y condicionada por ese miedo irreal.
Las formas de hacernos cargo de los miedos reales o imaginarios son distintas. Por eso es importante saber de qué tipo es, para saber cómo superar el miedo.
Un peligro real es un coche que se acerca demasiado rápido a un paso de cebra. Irreal es por ejemplo, que si no actuamos con cortesía, nadie nos querrá. Éste miedo nos puede llevar a actuar de forma falsa o artificial con los demás.
El miedo nos puede convertir en víctimas pasivas
Además, podemos usar el miedo para obtener de los demás algo que nos interesa. Podemos mostrarnos miedosos para que los demás nos protejan. Es manipulación emocional.
Se trata de un uso de la emoción por un interés personal. Las personas a las que les gusta proteger o hacer sufrir a otros, para sentirse poderosos y valientes, buscarán a quienes necesiten protectores o verdugos. Este artículo habla de ello.
Tendremos así, relaciones basadas en el interés y no en el amor sin condiciones.
Empezamos a jugar al rol de la víctima que busca un “verdugo” o un “ayudador”. Alguien que nos proteja o nos dé la posibilidad a través de su agresividad, de experimentar más miedo.
Si queréis saber más sobre los juegos psicológicos os recomiendo leer a Erik Berne, un psicólogo que estudió los roles que adoptamos en nuestras relaciones.
Ser un miedoso puede ser desagradable, pero puede ser menos desagradable que obligarse a ser valiente si no nos sentimos poderosos.
Cómo superar el miedo
Para superarlo tan sólo necesitas sentir que tienes los recursos para salir airoso/a de la situación.
1. Date permiso para sentirlo
Tendemos a reprimirlo o evitarlo de muchas formas. Diciendo que no podemos hacer nada, que no tiene importancia, que se pasará pronto… No es una emoción socialmente valorada, y eso nos hace esconderla.
Cuanto más lo evites, más control tendrá sobre ti. ¡Tienes derecho a tener miedo!
Puedes hacer cosas que te distraigan cómo salir a comprar, a tomar un café con amigos, ver la tele, beber, fumar, buscar sexo o un sinfín de actividades que te ayudan a evadir el malestar de la emoción.
Esto es algo muy normal y aparentemente lógico, porque no te gusta sentir emociones desagradables. Lo haces sin darte cuenta muchas veces. Cada uno de nosotros es experto en encontrar y practicar, sus propias estrategias de evasión y entretenimiento.
2. Observa tus pensamientos
Puedes atascarte en pensar catastróficamente. Tu mente te coloca en situaciones imaginarias que te hacen sentir miedo.
La única forma de hacerte cargo de esta emoción es enfrentarte a aquello que la produce. Viene determinada por las habilidades para enfrentarte a aquello que te da miedo.
En tus pensamientos aterradores está la clave. ¿Qué es lo opuesto a lo que tu miedo te hace pensar? Así saldrás del bucle que te paraliza.
3. Respira, calma tu mente
Averigua si es un miedo real o estás creando un bloqueo imaginando lo peor. Si la amenaza es real, sólo necesitas sentirte capaz de enfrentarla.
Cuando la mente se dispara creando pensamientos descontrolados, es como un niño caprichoso en plena pataleta. Hasta que no se calma, no se puede dialogar. Para poder pensar adecuadamente, necesitas saber calmarte. Respirar profundamente durante unos minutos, será de gran ayuda.
4. Crea los recursos que necesites
Sientes miedo porque no te ves capaz de enfrentarte a la situación. Cuando tienes los recursos necesarios para salir con éxito, no sientes miedo.
Por eso, en el miedo está la respuesta a tus necesidades.
¿Qué tienes que hacer, saber, tener, ser, para sentirte capaz de superar ti miedo?
– Si te da miedo vivir en Londres, igual necesitas invertir en hablar inglés correctamente.
– Si te da miedo hablar en público, puede que necesites ampliar tu vocabulario, mejorar tu dicción y saber mucho de un tema concreto.
– Cuando te dan miedo las relaciones sociales, posiblemente necesites mejorar tu autoestima, valorarte más, dejar de compararte o aprender habilidades sociales.
Una vez que sepas qué necesitas, diseña la forma de lograrlo.
¿Cuánto tiempo vas a tardar?
¿Cómo consigues eso que te hará sentirte capaz?
Es decir, crea una estrategia de acción.
Simplemente con este trabajo, sentirás mucha más serenidad. ¡Compruébalo! El poder lo empiezas a tener tú, no tu miedo. La sensación de control te hará sentir confianza en ti.
5. Recuerda que el miedo no eres tú
Sientes miedo porque lo necesitas para vivir. Sólo es una parte de ti, que te informa de algo que necesitas saber.
Tú eres más que el miedo que sientes. Puedes emplear más partes de ti para superarlo. Al identificarte con tu miedo, éste secuestra tu mente y no te deja ver más allá. Para no identificarte con él, recuerda que eres mucho más que una emoción.
El miedo sólo es miedo.
Mientras no te enfrentes a él, no lograrás avanzar. Puedes cambiar de trabajo, pareja, ciudad o amigos. Pero el miedo seguirá contigo hagas lo que hagas. Volverá a surgir para protegerte en cuanto resurja la amenaza.
El mayor obstáculo para el desarrollo de tus relaciones, trabajo, familia o vida, es quedarte paralizado sin hacer nada, o sin hacer lo más apropiado en el momento adecuado.
Y es algo que el miedo puede conseguir que hagas. Cada uno hará aquello para lo que esté programado desde pequeño. Sin embargo, todos podemos aprender a ser valientes.
La valentía se aprende y se ejercita. Todos los miedos pueden ser superados con el trabajo adecuado y cada uno tiene su forma de ser valiente. No hay una receta universal aplicable a todos.
¿Cuál es tu forma particular de ser valiente?
Rodrigo de Julián
Coach trasnpersonal y facilitador de gestión emocional